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¿Te suena familiar esta situación? 🤔 Son las cinco de la tarde de un viernes. Tenés la cabeza quemada después de una semana de locos y, justo cuando estás por cerrar la notebook, llega el mail: “¡Hola! Me pasás el logo en buena calidad para la gacetilla que sale mañana?”.
Y ahí empieza la odisea.
Buscás en tu carpeta de “Descargas”, abrís el chat con tu ex diseñador, le mandás un WhatsApp a tu socio y terminás encontrando un JPG pixelado que habías usado para una placa de Instagram hace tres años. Lo mandás cruzando los dedos, con esa sensación amarga en el estómago de que, una vez más, estás improvisando.
Esa improvisación constante es el enemigo silencioso de tu crecimiento. Cada vez que un proveedor, un nuevo empleado o un aliado estratégico te pide un archivo, el caos se apodera de la situación. Se usan distintas versiones de logos, colores que “más o menos se parecen” y mensajes que cambian según quién los cuente.
El resultado es una imagen de marca inconsistente, que se ve poco profesional y que, en el fondo, te frena. ¿La buena noticia? La solución no es contratar una agencia carísima mañana mismo. Es empezar por el principio: ordenar la casa.
El Punto de Inflexión: Tu Kit de Marca
Imaginá por un segundo un único lugar, una fuente de verdad para tu marca. Un espacio digital donde viven todos tus activos visuales y verbales, listos para ser compartidos con quien sea, en cualquier momento y sin que vos tengas que intervenir. Ese es tu Kit de Marca Esencial.
No es un simple rejunte de archivos; es el centro de comando de tu identidad. Es la herramienta estratégica que te permite delegar diseño de forma eficiente, asegurar que tu marca se vea y se sienta siempre igual, y proyectar la imagen profesional que necesitás para crecer sin estrés.

Tener esto organizado no es una tarea obsesiva, es una decisión de negocio. Es el primer paso para dejar de ser el cuello de botella de tu propia marca.
Los 4 Pilares de tu Marca Profesional
Tu kit de marca se sostiene sobre cuatro componentes fundamentales. No se trata solo de tenerlos, sino de entender por qué cada uno es vital.
1. Logos: Tu Firma en Todas Partes
El costo de no tenerlos organizados: Usar un logo a todo color sobre un fondo complejo que lo hace ilegible. Estirar un logo horizontal para que entre en un espacio vertical, deformándolo por completo. O peor, que alguien use una versión vieja que ya no representa a tu empresa. Cada uno de estos errores le resta seriedad a tu comunicación.
Tu kit debe incluir:
- Versiones y formatos: No existe un logo único para todo. Necesitás tener a mano la versión principal, una secundaria (quizás una versión vertical si la principal es horizontal) y un isotipo o ícono para usar en espacios reducidos como el favicon de tu web o la foto de perfil en redes.
- Archivos para cada uso: Debés tener tus logos en formatos vectoriales (.ai, .svg, .eps) que se pueden agrandar infinitamente sin perder calidad, ideales para imprenta o ploteos. Y también en formatos de mapa de bits (.png con fondo transparente) en alta y baja resolución para usos digitales. Tener esto a mano evita el clásico «me lo pasás en más calidad».
2. Paleta de Colores: El ADN de tu Identidad
El costo de no tenerla definida: ¿Alguna vez mandaste a imprimir folletos y el azul de tu marca se vio completamente distinto al que se ve en tu web? No es culpa del diseñador ni de la imprenta. Es la falta de un sistema de color definido. Esta inconsistencia confunde y transmite una imagen descuidada.
Tu kit debe incluir:
- Los códigos exactos: Tu marca no es «azul». Es un azul específico. Tu kit debe listar los códigos de tus colores primarios y secundarios para cada sistema.
- HEX y RGB: Para todo lo que es digital (web, redes sociales, presentaciones).
- CMYK y Pantone: Para todo lo que se va a imprimir (tarjetas, folletos, packaging). Tener estos códigos asegura que el color sea el correcto, sin importar dónde se muestre.

3. Tipografías: La Voz Visual de tu Marca
El costo de no tenerlas a mano: Un equipo donde cada uno usa una tipografía distinta en las presentaciones. Una web donde los títulos tienen una fuente y el cuerpo de texto otra que no combina, dificultando la lectura. Esto genera un ruido visual que debilita tu mensaje.
Tu kit debe incluir:
- Jerarquía tipográfica: No es necesario tener diez fuentes. Con dos o tres bien elegidas es suficiente. Definí cuál es para títulos principales (display), cuál para subtítulos y cuál para párrafos largos (cuerpo de texto).
- Los archivos de las fuentes: Incluí las carpetas con los archivos .ttf u .otf para que cualquier persona del equipo o proveedor pueda instalarlas y usarlas. Si son fuentes pagas, es clave tener a mano también la información de la licencia.
4. Mensajes y Tono de Voz: El Alma de la Marca
El costo de no tenerlos definidos: Tu marca no es solo lo que se ve, es lo que dice y cómo lo dice. Si tu perfil de Instagram habla de «vos» y es súper canchero, pero tus mails de venta son ultra formales y hablan de «usted», creás una disonancia. Tu cliente no sabe con quién está hablando.

Tu kit debe incluir:
- Propuesta de valor: Una frase corta y potente que resuma qué hacés, para quién y por qué sos diferente.
- Tagline o lema: Si lo tenés, que esté a mano.
- Breve descripción del Tono de Voz: No hace falta un manual de 200 páginas. Unos simples puntos pueden guiar a cualquiera que escriba en nombre de tu marca. Por ejemplo: «Somos cercanos y usamos el ‘vos’. Somos directos, pero empáticos. Tenemos energía y vamos al grano para respetar el tiempo de nuestros clientes».
Puesta en Marcha: ¿Dónde Debería Vivir tu Kit?
La respuesta es simple: en un lugar accesible, centralizado y fácil de compartir. No lo escondas en un rincón de tu computadora.
Algunas opciones prácticas son:
- Una carpeta en Google Drive o Dropbox: Creá una carpeta principal llamada «Kit de Marca» y adentro subcarpetas para «01_Logos», «02_Tipografías», etc. Dentro, un documento simple puede listar los códigos de color y los mensajes clave.
- Una página en Notion o un Trello Board: Si usás estas herramientas, podés crear una página dedicada donde no solo alojes los archivos, sino que también expliques brevemente el uso de cada elemento.
Lo importante es que con un solo link puedas darle acceso a todo tu equipo y a cualquier proveedor externo.

Tu Marca No Merece Ser un Accidente
Organizar tu kit de marca es una de esas tareas que nunca parecen urgentes, pero que tienen un impacto estratégico inmenso.
Es una inversión de unas pocas horas que te va a devolver cientos de horas en el futuro, te va a ahorrar incontables frustraciones y, lo más importante, va a sentar las bases para que tu marca se proyecte de manera sólida, coherente y profesional.
Dejá de correr detrás de los archivos. Es hora de poner a tu marca a trabajar para vos. Empezá hoy.

Flor López Pezé
Fundadora
Mi meta es simple: darte el alivio que necesitás para liderar.
Quiero que dejes de ser el cuello de botella creativo de tu propia empresa.
Para que construyas sistemas de diseño que te liberen y hagan crecer el negocio.
Si creés que te puedo ayudar Escribime un mensaje 💬